Ni yo vencido ni tu vencida, ambos vencedores y ambos derrotados, nuestros cuerpos yacen exhaustos en la batalla y dispuestos y prestos a librarlas de nuevo, ni tu vencida ni yo ganador. En el amor y en la guerra todo vale, yo creo que solo en el enamoramiento, en el amor las batallas han de ser a muerte pero en una cama, en un jardín, en el campo florido, en un yacimiento de agua, en sitios escondidos y pequeños, donde no halla retirada posible. Ni tu vencida ni yo vencedor, batallas con aromas, con sutiles olores de amor, con desgarros y quejidos, con labios violentos y respuestas violentas, con los corazones a punto de estallar. Así te quiero yo, ni tu vencida ni yo vencedor, sin intenciones escondidas. Los pactos sellados con besos y con besos romperlos de nuevo, así te quiero yo.
Un texto muy bello, mi querido Piyayo. Esas batallas son las más dulces de librar y lo bueno es que no hay vencedores ni vencidos. Me gusta esas metáforas bélicas para algo tan poco bélico, aunque, la verdad, a veces el amor tiene algo de belicoso. Un abrazo.
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Un texto muy bello, mi querido Piyayo. Esas batallas son las más dulces de librar y lo bueno es que no hay vencedores ni vencidos. Me gusta esas metáforas bélicas para algo tan poco bélico, aunque, la verdad, a veces el amor tiene algo de belicoso. Un abrazo.
ResponderEliminarBonita y original manera de relatar esos duelos frente a frente con el amor como arma que desarma al más pintao.
ResponderEliminarSaludos